Se acerca un nuevo periodo electoral y últimamente quién mas quién menos, hemos tenido a Madrid en la boca. ¿Ha ganado Tomás, ha perdido Trinidad?. Aún a riesgo de parecer demasiado ortodoxo, soy de los que piensa que en realidad solo hay un ganador, el partido .
Muy pronto - en Noviembre - tendremos las autonómicas en Catalunya y después vendrán municipales, estatales, europeas...., la verdad es que da miedo solo de pensarlo. No es de extrañar encontrar en la ciudadanía un cierto hastío, no es normal estar votando cada dos por tres, ¿porqué no intentamos unificar las elecciones en la medida de lo posible?
No me puedo imaginar el gozo de ir a votar un día a mi alcalde/esa, a mi president/a de la Generalitat, a mi presidente/a del Estado y a mis representantes para Europa, sería como una fiesta, !!! que nervios ¡¡¡ , ¿Me olvidaré alguna papeleta de voto? ¿Llevaré las papeletas adecuadas? ¿Las depositaré en la urna correspondiente? ¿Cuánto tardará el recuento electoral?....
Al final, la satisfacción o decepción por los resultados, pero a partir de ese momento y como militante de un partido político, cuatro años para trabajar , cuatro años en los que participar en actividades, debates, análisis políticos, estrategias políticas, diseño de políticas públicas, actos para la ciudadanía, etc.
Pero la realidad actual no es así, la realidad actual hace que la vida del/ de la militante/a de un partido, gire en torno a las elecciones del momento y ya lo estoy viendo, de nuevo !!! que nervios ¡¡¡ , otra vez campaña electoral, carteles, llamadas, mesas en la calle y … se acabaron – tal vez no se habían podido iniciar - los debates, la discusión política, el diseño de políticas públicas, etc.
La verdad es que no me gusta en absoluto esa realidad. Creo en el papel que los partidos políticos juegan en nuestra sociedad, pero como militante, no creo en ser un simple engranaje de la máquina electoral. Los partidos, para ser útiles, necesitan dejar que la militancia haga su trabajo, necesitan generar discusión y debate, han de provocar que su militancia analice y cuestione las políticas públicas…
Por eso, el título de este escrito no es casual. Creo que el PSOE de Madrid ha dado una lección de democracia, pero ni ellos ni nosotros en Catalunya, hemos de caer en la tentación de pensar que una vez dada la mencionada lección, podemos volver sin más a lo de siempre. No somos un partido asambleario, pero es vital que la militancia pueda entrar a discutir de alguna manera las líneas políticas y la actuación en las instituciones de nuestro partido, es vital porque no podemos y no debemos querer, ser una simple (o compleja) maquinaria electoral.